lunes, 3 de febrero de 2014

Declaración de intenciones

       En julio de 2011, a petición de uno de los grupos de opinión y de trabajo surgidos del Movimiento 15 M, comencé a elaborar un documento que intentase explicar algunas de las razones de su aparición y resistencia.
            De ello surgió este documento, que iré desgranando poco a poco en este blog. Durante el desarrollo paulatino del mismo ha pasado el tiempo. Se han cumplido las peores previsiones.
            Ojalá  me hubiera equivocado en mis sospechas sobre el programa oculto que el Partido Popular había diseñado para tranquilizar al capital europeo y al FMI.
            La esperanza era Europa y se está diluyendo. Unión Europea es sólo un concepto difuso. El único concepto que se aplicó con propiedad fue Mercado Común. Eliminación de barreras aduaneras para la libre circulación de excedentes industriales y capital inversor desde los países ricos hacia los países pobres. Neocolonialismo de guante blanco. Un Plan Marshall de la Europa rica para estimular nuestra capacidad de consumo y aprovechar la mano de obra barata y el agradecimiento de los gobiernos en forma de exenciones tributarias. Eso era la Unión Europea hasta que estalló la crisis. Durante mucho tiempo Europa, el euro, las instituciones inútiles, por inoperantes, de las que nos hemos dotado, se han mantenido en pie entre temblores que amenazaban su derrumbe. Hoy celebran una recuperación que nosotros no vemos.
   Un día creímos en Europa. Hoy dudamos. El liberalismo exagerado e irracional de los gobiernos europeos dominantes ha destruido los cimientos de un proyecto atrayente.
             Inevitablemente, en este análisis se deslizará una infinidad de valoraciones personales. No pretendo revestirme de la falta de apasionamiento de un analista independiente y objetivo. No sería yo quien escribiera. Yo sí soy de izquierdas. Lo proclamo con orgullo y sin temor alguno.
                        Y, si queréis, no habrá en estas palabras ni un gramo de verdad. Sólo, la mía. Me ha costado una vida construirla. Me ayudó lo mucho que he leído. Pero, mucho más, convivir con los demás. Ponerme en su lugar, incluso, a miles de años de distancia, o a miles de kilómetros. No soy nadie. El diccionario de la Historia no me dedicará una página. Eso no me importa en absoluto. Porque estoy convencido de que soy un ser humano valioso, como cualquiera de vosotros, como millones de personas. Pero tenemos una debilidad. Nunca hemos creído en nuestra fuerza. Y os diré una verdad incuestionable. Si ha de mejorar el mundo en que vivimos, depende de esa fe. De que las personas honestas se convenzan de que juntos podemos. De lo contrario, ya estamos derrotados y dará igual quién gane.


 “Yo no os aconsejaré nunca el apoliticismo, sino el rechazo de la política mala”
Antonio Machado (Juan de Mairena,1936)



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